domingo, 13 de septiembre de 2009




COGOLO
Sin duda cuando uno viaja a otro pais las espectativas de conocer cosas diferentes y que estas se queden grabadas para siempre en nuestra mente son muchas.
Mas las postales y lugares archiconocidos no muestran lo que significa estar en otro pais, la lejania que se siente de la tierra propia.
Visitar el norte de Italia es hechar un vistazo a otra forma de vida, lejana, montañosa, detenida en el tiempo, casi perdida del todo.
El camino que lleva a Cogolo, como a todo pueblo en las montañas es hermoso pero increiblemente sinuoso, mareador para un inesperto en carreteras repleta de curvas.
Cada vuelta, una postal, cada curva, un poco mas cerca del cielo, mientras mas cerca del cielo mas frio el aire que te llena los pulmones.
El ambiente que se respira es tranquilo como en los cuentos de Heide, solo la brisa fria que hace hablar a los árboles y las aves en su rapido pasar asi como el verde intenso que invade cada rincón de valles y montañas.
Estar alli es como mirar Italia hacia abajo, es estar en la cumbre, es una grandeza compartida con la naturaleza, es la sobrevivencia del hombre y la imponente fuerza de los elementos.

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