lunes, 14 de septiembre de 2009




BOLENTINA
Subir a Bolentina es una ruta interminable de curvas y vistas maravillosas.
Como algo característico en las montañas , las tormentas simplemente te sorprenden con juego de nubes, sus lluvias un tanto cálidas y un concierto sobrecogedor de truenos y por que no relámpagos.
Para uno, que toda su vida no ha conocido nada mas alto que un pequeño cerro la vida que se despliega en la montaña resulta un tanto angustiante simplemente por el hecho que no puedes olvidar nada que te sea de maxima importancia, como algún alimento especial, o algún medicamento, algún encargo o cualquier cosa por el estilo. Olvidar algo y luego recordarlo en la cima es practicamente impensable, pues bajar la montaña y volverla subir es tarea ardua aun en cuatro ruedas.
La vida en Bolentina, en prácticamente la cima, es diferente a la que se lleva a los pies de la montaña. Es mas lenta, mas callada, mas deacuerdo con la naturaleza, algo desconfiada con el extraño, desafiandote a mirar por las ventanas de las casas rústicas que se descuelgan de la montaña.

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