jueves, 27 de noviembre de 2008


KEMENTARIS
“ORGULLO Y PREJUICIO Y UNA FUGAZ MIRADA PARDA”.
Mirar a los ojos…me encanta mirar a los ojos, lo hago cuando alguien me interesa, a intervalos en ocasiones al conversar para no cohibir pero siempre cuando pretendo conocer mas de la otra persona o cuando deseo decir algo mas en un simple saludo.
Digo todo esto porque e de reconocer que tengo un amor escondido, no escondido al resto como para mantener algo oculto sino escondido aquí en mi corazón, un amor que no se rinde pese a que deseo que desaparezca, es un amor terco que aguarda su momento, es un amor quieto de palabras jamás dichas, un amor que aparece en ocasiones, un amor que me contesta cuando le hablo y sin embargo jamás nos juntamos, un amor sin grandes pretensiones y lleno de dudas, un amor discreto, un amor sensato, un amor que sigue aprendiendo, un amor con defectos, uno con orgullo y prejuicios que se sostiene en el tiempo, un amor que ya tengo aquí y sigue creciendo, que me encontró en la cobardía de mis años de no aceptar que me ama y no admitir que estoy amando.
“SENSATEZ Y SENTIMIENTO” y “ORGULLO Y PREJUICIO”, son las películas consideradas para “minas” porque son películas que según los entendidos, los hombres jamás entenderán, por que tratan de lo que las mujeres sienten cuando el amor las toma por sorpresa. No trata de esos amores romanticones de besuqueos y de andar pegados como lapa en una exhibición burda de lo creen que es amor, no, sino de esos amores que casi no logran verse cubiertos por un manto de cosas en contra, no al estilo juvenil y fatalista de Romeo y Julieta sino de veras real, como el no tener la certeza de ser correspondido, de negarse a amar por creerlo imposible para uno, de sacrificar la felicidad propia por la del otro, de discusiones inconclusas, de palabras no dichas, de sentimientos atorados.
De las heroínas, Emma, en “Sensatez y sentimiento” y Elizabeth en “Orgullo y prejuicio” es prácticamente imposible que alguna mujer no se identifique con ambas. Yo lo hago porque de algún modo tengo algo ambas, sobretodo cuando encuentras a ese personaje en tu vida que tiene algo de los personajes masculinos de ambos libros…desearía si, que tuviera mas del señor Darcy de “Orgullo y prejuicio”; aquel hombre que es capaz de vencer el orgullo en una simple conversación y que te busca para romper malos entendidos y tontos prejuicios que obstaculizan el verdadero amor.
Y sin embargo es mas probable que sea como el amor de Emma en “Sensatez y sentimiento”, ese amor que cuesta ser admitido, que le cuesta mostrarse, que esta enredado en una maraña de compromisos auto impuestos que de hecho si lee esto que estoy escribiendo lo mas probable que piense que estoy hablando de otro que no es el a quien quiero.
KEMENTARIS

1 comentario:

Cristián dijo...

Podemos entender el amor, somos capaces por supuesto. Tal vez no de la misma forma y dimensión, o tal vez no de la manera en que ustedes, "las minas", quisieran. Aun así, esto es algo que nos hace vibrar a todos, a lo que nadie queda indiferente. Con todas las complicaciones y matices de la vida moderna, en versiones ampliamente remasterizadas, el amor sigue siendo el mismo, fatal como el de Romeo y Julieta, e intenso, sensato, veraz, como el de Elizabeth y Darcy.

Me alegro por ti, espero que pronto te atrevas a mirar al afortunado a la cara, o más bien dicho a los ojos, y por fin se dé cuenta de que tus palabras tienen destinatario.

Recuerda eso si, que en ocasiones, o frecuentemente para ser más exactos, somos medios distraídos en estos temas, algo atávico a nuestro género tal vez.

Un abrazo,
CE.